Asia Oriental tiene el récord
de crecimiento económico, alto y sostenido, en las últimas décadas. Esto se
debió al desarrollo industrial de ocho países: Japón; los cuatro dragones o
tigres: Hong Kong, Singapur, Taiwán y República de Corea, denominados así por
su rápido desarrollo económico, y tres países de reciente industrialización:
Malasia, Tailandia e Indonesia. Basaron su desarrollo industrial en las
inversiones de capital extranjero y en una sobre explotación de la mano de obra
barata, abundante y poco organizado en sindicatos.
Los factores positivos
para su desarrollo fueron su localización geográfica (por el fácil acceso a las
vías marítimas para la exportación de sus productos) y la relativa cercanía
entre ellos que favoreció las corrientes de capital. Por ejemplo, los
fabricantes japoneses trasladaron sus fábricas a los países del sur para
beneficiarse con los salarios más bajos.
Es importante destacar no
sólo la rapidez del crecimiento económico, sino la mejora en el bienestar
humano debido a una mayor equidad en el reparto de las ganancias. El aumento
del ingreso per cápita poco común, se vio reflejado en la disminución de la
pobreza. Por ejemplo: Tailandia, en la década de 1960 tenía un 59% de su
población por debajo del umbral de pobreza y en la década de 1980 este índice
había disminuido al 26%. Otro ejemplo de ello es Indonesia, en la década de
1970 tenía el 58% de su población debajo del umbral de pobreza y diez años más
tarde este índice había descendido al 17%. Además, mejoraron otros indicadores
sociales como el porcentaje de analfabetismo.
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